Yerma

Buena interpretación, montaje y música. Butacas cómodas y buena temperatura en la sala. Una experiencia muy positiva.

Sala que desconocíamos, pequeña pero acogedora. Una puesta en escena sencilla pero eficaz y muy sugerente. Actores brillantes con una concentración sublime.

Con una puesta en escena simple, los actores cobran especial relevancia en la actuación. La interpretación de Yerma fue brutal, desgarradora y llena de energía durante las dos horas ininterrumpidas de función

90 minutos que pasan volando, todos los actores geniales, sobre todo la que hace de Yerma.

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Enhorabuena, has estado fantástico/a

Las interpretaciones fabulosas de sus artistas, especialmente de su protagonista, acompañaban al maravilloso texto de Lorca.

Me encantó la adaptación de la obra. Los actores son increíbles. La actriz que protagoniza Yerma me pareció inmejorable. Repetiría

Buena interpretación y una estupenda oportunidad de escuchar los textos de Lorca.

¿Si fueras el organizador o promotor del espectáculo que harías diferente?

Pago con tarjeta.

Maravilloso elenco y puesta en escena. Disfrutamos muchísimo. 100% recomendable

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¡Enhorabuena! Hacéis un trabajo maravilloso

Maravillosa representación de Yerma. Los actores, un 10. La sala, pequeñita, hace que todo sea más íntimo y se viva de forma más intensa. Nos ha encantado.

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Gracias por vuestro trabajo.

Levantar un montaje de Lorca es complicado, hacerlo bien es difícil, realizarlo con la excelencia de este montaje de Yerma que podéis (y debéis) ver en Teseo Teatro es algo único. El retrato en sepia de esa España profunda llena de prejuicios que, desgraciadamente, no parece tan lejana, llevado a cabo en esta versión de la directora Alexia Lorrio, es tan bello como triste, una fotografía antigua y descolorida de tiempos aciagos en que las pasiones y anhelos quedaban encerrados bajo los cerrojos de costumbres rancias que limitaban a la gente, especialmente a las mujeres. Así es Yerma, la protagonista de esta tragedia de Lorca, devorada por un deseo inalcanzable que se convierte en un fuego que la devora por dentro, dividida entre lo que debe ser, lo que quiere ser y lo que es, en un torbellino de emociones que sólo una actriz de la talla de Irina Platas podría recrear con tal abanico de registros. Irina es una actriz de casta, una de esas actrices que ya no se hacen, forjada en las tablas y con un talento inmenso. En otra época, o en otro país, ya estaría en los grandes teatros. Y esta obra también. Porque la puesta en escena está tan sumamente cuidada, la recreación es tan creíble, todas las interpretaciones están tan trabajadas, son tan auténticas, que el escenario de la sala Teseo parece mucho más grande, incluso llega a desaparecer, para transportarnos a ese paisaje árido, de tierra yerma, de gentes del campo, como si se tratase casi de un documental. Podemos ver el agua del río con la que Yerma trata de calmar su ardor, la calima que lo envuelve todo, la lumbre que no da calor a ese frío hogar. Cada escena de la obra es una joya engarzada en una composición llena de matices, desde esos momentos cargados del peso de una relación que supone una condena tanto para Yerma como para su marido Juan (a quien da vida con mucho oficio y maestría Manuel Pulido) como la complicidad entre ella y María (interpretada con mucha ternura por Níobe Tarín) o la tensión contenida entre ella y Víctor (con un gran trabajo de Israel Martín), hasta ese aquelarre en el que se desatan las pasiones. En definitiva, una tragedia magnífica que te clava en la butaca. Puro Teatro. Puro Lorca. 🎭