El Convento do Desagravo es un edificio de características arquitectónicas típicas del siglo XVIII.
Posee un claustro, yuxtapuesto en parte por su cara Norte, con el atrio formando ángulo con la parte alta de la Iglesia. El claustro está compuesto por cuatro arcos simples, levantados sobre columnas, con simples molduras lisas.
La galería superior está al descubierto, teniendo únicamente unas columnas a modo de soporte para una cubierta, obras de la época hospitalaria. Sobre una de las paredes se levanta el campanario, con dos torres de diferente altura. Una de las campanas es de 1801 y la otra de 1817.
La iglesia se divide en el coro y la parte destinada al culto. La puerta es lateral, rectangular, encuadrada por columnas. Una gran cruz domina la gran ventana superior, por encima del marco, flanqueada por dos nichos vacíos. La entrada del atrio, rectangular, está adornada por columnas y una cornisa de trazado curvo, al estilo de finales del siglo XVIII. La torre se levanta junto a la capilla mayor.
Los retablos del siglo XVIII son de la misma época, representan las tallas de madera de Santa Clara y de S. Francisco, así como de San Antonio y de la Sagrada Familia.
La Quinta do Convento mantiene aún sus características primitivas, ofreciendo dos tipos de vivencias: por un lado, la conventual con sus paseos, fuentes y jardines que invitan a la contemplación; y por otro la de quinta agrícola con sus zonas de pasto y de producción agrícola.
Existe también un conjunto de edificaciones anexas al Convento, construidas con materiales de la región (granito) y de buena calidad arquitectónica regional. Se pretende optimizar las estructuras existentes y crear condiciones para preservar el paisaje que la rodea.
El Obispo – Conde D. Francisco de Lemos de Faria Pereira Coutinho autorizó la fundación del Convento do Desagravo el 19 de Agosto de 1780, cuando todavía no estaba terminado el proyecto del edificio. Se eligió para su construcción el lugar llamado de S. José, donde existía una capilla que, con su atrio y terreno contiguos, fue sustituida por las nuevas edificaciones y el jardín.
Se escogió el Instituto do Louriçal para esta fundación, viniendo de allí dos religiosas que se alojaron en el hospicio, en la parte del edificio ya acabado. La construcción habría empezado hacia 1780 y terminado allá por 1800.
El restaurante ofrece una amplia selección de platos de estilo tradicional, los típicos de la zona, y una amplia selección de vinos.
Este convento fue levantado durante el último cuarto del siglo XVIII y su exterior conserva el estilo original.
De medianas dimensiones.
Todas las habitaciones son de medianas dimensiones y están decoradas con un tradicional estilo, con complementos de suaves colores y mobiliario de madera. Tanto los dormitorios como los cuartos de baño se hallan en muy buenas condiciones.