La Comunitat Valenciana de norte a sur en 5 días
La tentación vive junto al Mediterráneo.
No eres Thelma ni ella es Louise, sois mejores. Tampoco suena Chuck Berry en la radio (¿o sí?) ni existen tipis y moteles. Esto es otro mundo, otra escapada, una forma de recomenzar. Tú de Madrid y yo de Barcelona, nos encontramos en Morella con el coche listo y Camarón en la guantera. Considerado como uno de los pueblos más bonitos de España, Morella se deja abrazar por su gran muralla e invita a perderse por un entramado medieval fascinante donde todas las calles terminan en su flamante castillo.
![Morella, Castellón.](https://www.atrapalo.com/houdinis/wp-content/uploads/2022/11/morella-1173x745.jpeg)
Las fortificaciones parecen llegar hasta el mar, como confirman las torres vigía que convierten la Sierra de Irta en la perfecta conjunción de tierra y playa. Rutas de senderismo que finalizan en calas de tortugas marinas, tantos pinos que podríamos quedarnos hasta Navidad, o enlazar con una primera noche en Peñíscola. El Castillo del Papa Luna es un imperdible durante una ruta por Castellón, y en sus calles encaladas hoy susurran el nombre de una tal Khaleesi. Hasta Hollywood llegó hasta aquí.
![Castillo Papa Luna. Peñíscola](https://www.atrapalo.com/houdinis/wp-content/uploads/2022/11/castillo-papa-luna-peniscola-1173x745.jpeg)
Desde Peñíscola, podéis adentraros en las profundidades de la provincia y alcanzar Montanejos, conjunto de fuentes naturales conocido como “la Tailandia de Castellón”, hasta llegar a Chelva, el pueblo más azul del Levante español. Aquí los ecos de las comunidades musulmana, cristiana y judía suspiran desde hace siglos entre calles ensoñadoras, frescas, dignas de espejismo.
![Chulilla. València.](https://www.atrapalo.com/houdinis/wp-content/uploads/2022/11/chulilla-1173x745.jpeg)
La ruta interior por la provincia de Valencia también te lleva a la cercana y antigua aldea medieval de Chulilla, donde su Charco Azul supone el gran respiro del río Turia. Podéis pasar una segunda noche, o bien seguir el rumbo del río, que nadie os diga que os quedáis a la luna de Valencia. La Capital del Diseño 2022 bien merece una jornada pausada entre su Lonja de la Seda, sus ‘esmorzarets’ en El Cabanyal, el rollito de Ruzafa o una inmersión en la huerta urbana.
Cítricos, agua, anguilas; la transición de la naturaleza nos conduce a L’Albufera para congelar el atardecer y perderse entre las barracas. En cualquier caso, Valencia siempre merece también una tercera noche.
¿Interior o litoral? Descender nunca supuso un dilema tan grande. Este servidor es más de mar, y el litoral de Alicante bien merece una ruta costera (y si no, siempre habrá tiempo de remontar). Podemos saludar al Faro de Cullera y adentrarnos un pelín en los marjales de Pego. Seguir el arrullo de los arrozales hasta Dénia, perderse entre las casas de colores del barrio Les Roques o incluso caminar hasta la Cova Tallada desde la playa de Les Rotes.
En Xàbia, la turística playa de El Portixol sonríe más en invierno, libre de turistas y entre puertas que resultan más azules. Y alcanzar Altea, perdernos en sus calles encaladas, ser la inspiración de algún artista durante una cuarta noche. O si lo prefieres, puedes encontrar todos los colores que te falten en las fachadas del pueblo de Villajoyosa y hacerte con una onza de chocolate de camino a Alicante.
![Isla de Tabarca. Alicante.](https://www.atrapalo.com/houdinis/wp-content/uploads/2022/11/isla-de-tabarca-1173x745.jpeg)
Te sobra tiempo, pensarás, ¿y acercarse a los palmerales de Elche hasta llegar a Santa Pola? Será allí, en las playas de nuestra infancia, donde veremos a lo lejos la Isla de Tabarca, la única habitada de toda la Comunitat. Solo entonces te planteas si volver. Si pasar una quinta noche, o quizás no volver nunca. Nadie te avisó de que ‘la terreta’ estaba llena de tantas tentaciones.