Hace veinte años, la inglesa Jacqui Kenny comenzó a sufrir agorafobia, el miedo a los espacios abiertos. Durante años, Jacqui fue víctima de la incomprensión hacia un trastorno sobre el que aún queda mucho por decir y experimentar. Pero siempre desde una vivienda de la que no podía salir. 

Esta situación también suponía renunciar a uno de las grandes pasiones de Jacqui: los viajes. Hasta que un día hizo click en Google Street View, la famosa función de Google Maps que te permite comprobar a vista de pájaro cualquier lugar del mundo. Las imágenes que solemos ver en este explorador no son del todo “buenas”: parecen desenfocadas y no aportan estampas llamativas. En principio. 

Un día Jacqui descubrió la imagen de un perro detrás de un coche, y recaló en una belleza que siguió cultivando a través de otras fotografías “escondidas” en esta selva cibernética: un cactus solitario en Arizona, una curiosa estación de autobús en Kirguistán, o una piscina hinchable en mitad de la calle de un pueblo peruano. 

Especialmente en tonos áridos y de enfoque solitario, estas capturas comenzaron a ser publicadas en en el Instagram de Jacqui bajo el nombre The Agoraphobic Traveller. Fotografías que ya han atraído a más de 115 mil personas a su perfil. 

Este dato llamaría la atención de la propia Google, quien le permitió utilizar sus fotografías para una primera exhibición en el SoHo neoyorquino en el año 2017 (De hecho, Jacqui llegó a tomar un avión para asistir al evento. Su vida cambió, pero el objetivo continúa.

Comencé a experimentar ataques de pánico a los 20 años. Ahora tengo 44 años, así que ha sido un buen viaje de más de 20 años para comprender, aprender, administrar y mejorar mi salud mental”, asegura Jacqui. 

Hoy, la recaudación que esta heroína atrapada ha conseguido a través de su trabajo se destina a Brain & Behavior Research Foundation, entre otras ONGs y organizaciones especializadas en salud mental con las que colabora.

La mejor prueba de que un viaje, a veces, no tiene por qué comenzar con un paso. Sino con las mejores intenciones. 

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Alicantino de nacimiento, amante de cualquier lugar con mínimas de 25ºC. Mi debilidad es escribir en cafés secretos, tengo curry en las venas y una palmera tatuada (tiene su miga, aunque no lo parezca). Una vez gané un premio en Japón.