Dicen que no hay mejor forma de recordar un lugar que dibujándolo. Y es que mientras observas cada detalle para después grabarlo en el papel, estás reteniendo en tu memoria aquel rincón, para siempre. ¿Por dónde empezarías tú? Nosotros hemos decidido inmortalizar la provincia de Girona de la mano de tres ilustradores de lo más creativos, que bajo el lema “Tú pintas mucho aquí” nos presentan la cara más bonita de la provincia. ¿Nos acompañas en este recorrido?

1. Selva, Pla de l’Estany y Gironès

Ilustrador: Gato Tonto

El artista que pintó los rincones más bonitos de La Selva, Pla de l’Estany y Gironès, se hace llamar Gato Tonto. Eso sí, de tonto no tiene un pelo, ya que escogió los mejores paisajes y realizó muy buenas ilustraciones. Empezó por La Selva, una comarca que combina mar y montaña. Además, permite darse un baño en la Costa Brava y realizar el mejor senderismo a pocos kilómetros de distancia; perfecto para aquellos indecisos que tienen el corazón dividido entre mar y montaña, a partes iguales. 

Más tarde se dejó caer por Pla de l’Estany, que como su nombre bien indica, esconde un lago en el pueblo de Banyoles, conocido por un sinfín de mitos y leyendas que todavía flotan sobre sus aguas. Eso sí, si decides darte un chapuzón… debes saber que un tal “monstruo de banyoles” puede estar más cerca de lo que crees ;)

Antes de volver a casa con los pinceles bajo el brazo, Gato Tonto se dirigió a la comarca del Gironès. Allí descubrió un montón de pueblos rurales y rincones idílicos, donde siempre están listos para celebraciones, ferias y tradiciones. Además, se maravilló con los monumentos medievales de la zona, que mezclan gótico, románico, modernista y hasta novecentista, en las fachadas. 

2. Cerdanya, Ripollès y Garrotxa

Ilustradora: Wawa

Nuestra segunda protagonista se llama Wawa, y empezó por los colores de la Cerdanya. Situado en el centro del Pirineo catalán, presume de parajes naturales preciosos, monumentos románicos y pueblos de alta montaña, de esos que te invitan a quedarte solo con verlos desde la ventanilla del coche. Sus ríos de agua fresca son lo más parecido al paraíso, acompañados por una paz y una tranquilidad que hacen del lugar un rincón perfecto para desconectar. 

Su siguiente objetivo fue el Ripollès y quedó maravillada con las altas montañas y el aire puro que corre entre ellas. Además, la histórica ciudad de Ripoll, el famoso puente de Camprodón y los encantos de Ribes de Freser, fueron de gran inspiración para la artista. ¿Y qué mejor que un paseo entre volcanes para terminar el recorrido? La Garrotxa es conocida como la tierra de volcanes, ya que en el sur se puede contar hasta 40 cráteres y distintas coladas de lava, y se considera el mejor paisaje volcánico de la península ibérica. Visitar estos parajes es algo así como viajar al centro de la tierra (sin sufrir quemaduras) o incluso a la luna. ¡Ah! Y si decides visitar esta comarca, no te pierdas los pueblos medievales de Santa Pau, Besalú, Castellfollit de la Roca y Vall de Bas. Te darás cuenta de que viajar en el tiempo es posible y no hace falta ningún DeLorean. 

3. Alt i Baix Empordà

Ilustradora: Camille Vannier

La artista Camille Vannier optó por los paisajes del Alt i Baix Empordà, comarcas muy turísticas pero precisamente por el  encanto que esconden en ellas. Empezando por el Alt Empordà, la Costa Brava ofrece rincones de gran belleza y playas de aguas cristalinas, donde se pierde la noción del tiempo con facilidad. Otros de sus rincones “imperdibles” son los puertos de Roses, el Port de la Selva o l’Escala entre otros, donde podrás probar un pescado realmente exquisito. Además, si te interesa la arqueología, podrás perderte entre las ruinas d’Empúries, los antiguos monasterios románicos o pueblos medievales como Peralada o Castelló d’Empúries. Eso sí… no te vayas sin antes echarle un vistazo a las aportaciones del gran artista Salvador Dalí en Figueres y Cadaqués. 

El Baix Empordà también tiene mucho que ofrecer. Desde el Parc Natural del Montgrí hasta las Illes Medes, cada uno de los paisajes merece por lo menos un centenar de pinturas, por no hablar de sus calas, en las que querrías quedarte a vivir para siempre. En este punto se encuentran también los acantilados más impresionantes de la zona, y un sinfín de pueblos medievales y villas marineras, que parecen sacadas de un cuento. 

Seas o no muy fan de la pintura, reconocerás que hay rincones que merecen por lo menos un cuadro del tamaño de “Las Meninas”. No lo pienses más y prepara tus maletas para una escapada a estas tierras. Porque aunque quizás no te lo parezca… tú pintas mucho en Girona. 

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Amante de la música y las letras desde que tengo uso de razón, sueño con aprender todos los idiomas del mundo antes de los 30. No hay puzzle que se me resista, y tengo siempre las maletas listas para salir a la aventura. Las tres veces que he estado en África, he querido quedarme.