Un
viaje a Croacia no puede terminar sin visitar la histórica e impactante ciudad
de Dubrovnik. Son muchos los argumentos que llevan a denominarla como "la perla
del Adriático". Declarada Patrimonio Universal de la Cultura por la UNESCO, el
casco antiguo de la ciudad se encuentra rodeado de magníficas fortalezas y
murallas. Playas de cantos, montañas, tejados rojos y mármol blanco se entremezclan
con el valor arquitectónico de la ciudad para hacer de Dubrovnik un lugar de
postal. El casco antiguo de la ciudad conserva en su interior grandes
tesoros arquitectónicos y culturales que han sobrevivido intactos, durante
siglos, al paso del tiempo. Sus estrechas calles y las incomparables vistas que ofrece la
ciudad desde su paseo marítimo hacen de Dubrovnik un lugar especial.
Cabe
destacar la catedral barroca de la ciudad,
sus iglesias y monasterios, así como los palacios de techos rojos y
amarillos que contrastan con el intenso azul del mar. Dubrovnik, además ofrece
un gran abanico de servicios para el visitante, además de una de las mayores
vidas nocturnas de Croacia.
Qué hacer
Se puede
visitar la ciudad de Mostar, con su antiguo bazar, pasando por Pocitelj, con
algunas de las más antiguas fortalezas turcas. También es recomendable una
visita a las Islas Elaphiti, de gran belleza natural y magnífico clima y a la
isla de Korcula, a tan sólo 20 km en ferry de la costa de Dubrovnik y Split.
Korkula es una típica villa medieval dálmata, con claras influencias venecianas
en su arquitectura. El turismo local, se enorgullece de ser el pueblo natal de
Marco Polo, e incluso se puede visitar la casa donde vivió. Produce un excelente
vino blanco, y ofrece a los visitantes, tranquilas playas rodeadas de viñedos.